Millares - Cova de les Dones - Rambla del Tambuc

Fecha: 5/10/14

En el yacimiento

Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Millares, La Canal de Navarres, Valencia
Hora de inicio: 7 h 29 min
Duración: 4 h 27 min
Distancia: 10.24 Km
Dificultad: Media
Altura mínima: 268 m
Altura máxima: 479 m
Indice IBP:  33
Calificación (1-10): 7
Recorrido: Yacimiento de icnitas del Tambuc – Cova de les Dones – Rambla del Sabater – Rambla del Tambuc – Pinturas rupestres – Icnitas de dinosaurios – Yacimiento de icnitas del Tambuc.

Como llegar:

Saldremos de Algemesí por la CV-42 con dirección a Alzira, para desde allí dirigirnos hacia Benimuslem por la CV-550 y desde allí con dirección a Alberique conectaremos con a la A-7, Autovía del Mediterráneo con dirección a Albacete, una vez en ella, tomaremos la salida por la CV-590 con dirección a Estubeny, pasamos esta población, conectando con la CV-580 en donde seguiremos por nuestra derecha con dirección a Anna y mas tarde dejaremos atrás las poblaciones de Chella y Bolbaite, para llegar mas tarde a Navarres, población que después de atravesarla nos llevará a Quesa. Atravesaremos el pueblo, y nos dirigiremos sin abandonar esta carretera CV-580, hasta la próxima población que será la de Bicorp. Después de Bicorp y sin abandonar la CV-580 seguiremos con dirección a Millares y después de cruzar la Rambla del Tambuc, antes del kilómetro 35, a la altura del Collado del Zurgacho, encontraremos a nuestra derecha las indicaciones del Yacimiento de icnitas de dinosaurios del Tambuc, en el aparcamiento de esta zona dejaremos nuestro coche para dar comienzo a nuestra ruta de hoy.

Descripción de la ruta:

Esta semana la ruta discurre por las cercanías de Millares.

La ruta que realizaremos en esta ocasión está localizada dentro del término de Millares, en el macizo del Caroig. Una de las zonas más salvajes de nuestra comunidad Valenciana. La orografía del terreno es abrupta. El río Júcar se abre paso entre las sierras de Martés y la Muela de Cortes al oeste. La sierra del Caballón y del Ave al norte. Y el macizo el Caroig, al sur. Las innumerables cuevas, ramblas y barrancos subsidiarios dibujan profundos surcos que serpentean entre las montañas.
Comenzamos nuestra ruta desde la zona de aparcamiento junto a la entrada al yacimiento de icnitas, comenzamos a caminar saliendo a la carretera asfaltada continuando por el trazado de la carretera asfaltada CV-580, por nuestra derecha, veremos frente a nosotros una antigua casa hecha de piedras, es Casa Sento, continuamos con dirección a Millares, y unos 700 metros después y antes de cruzar el puente del Zurgacho en el kilómetro 33, llegaremos al cruce con una pista, es el Carril de les Dones, en donde nos desviaremos a nuestra derecha, dejando la carretera asfaltada. Desde ese punto el camino asfaltadoque sale por nuestra derecha continua en suave descenso, poco después pasa a ser camino de tierra. Pasaremos junto a un desvío a nuestra derecha que se dirige hacia una caseta, la de Ramón Elena, pero continuamos por nuestra izquierda por el camino principal. Unos 200 metros después llegamos a una bifurcación en donde continuaremos por nuestra derecha. Al cabo de un rato el camino se convierte en sendero que parece abocarnos con su zigzagueo hacia el Barranco del Zapatero. Lo que no sabemos es que estamos justamente encima de la entrada de la cueva. Seguimos bajando y siguiendo, casi por lógica intuición, esta senda hasta que ya aparece un pequeño rellano con la amplia boca de entrada de la Cova de les Dones.

La Cova de les Dones tiene un recorrido de 528 metros, que discurren por el cauce de un extinto río subterráneo que aprovechando los estratos horizontales de la zona, el agua esculpió la galería que desembocaba en el barranco, éste al profundizar su lecho dejó en alto la salida del río formando la boca de la cueva que hoy conocemos y que hoy se ha quedado colgada sobre la Rambla Zapatero, visitada y descrita por Cavanilles hace más de 200 años. La entrada se abre en un amplio hall que continuándolo hasta el final podremos encontrar a la izquierda una puerta de hierro, la cual atravesándola dará comienzo la excursión a lo largo de medio kilómetro de recorrido, con un paisaje encantador. Las paredes rocosas están ennegrecidas por el humo de las hogueras pastoriles o las teas de aliaga utilizadas para iluminar el recorrido desde tiempos inmemoriales.

Nido de murciélagos

Este portal de grandes dimensiones es el anticipo de lo que nos espera. Pero antes toca encender los frontales o linternas para adentrarnos en su interior. Una vez traspasada la verja comienzan las emociones. Superamos los primeros metros, que son los más estrechos, y se abre ante nosotros la espectacular cavidad, amplia como para recorrerla de pie como si de un paseo se tratara. Lo primero que llama la atención es el calor y la humedad reinante. La diferencia con el exterior puede ser de 15 o 20ºC. De repente te sobra casi toda la ropa. Al ser cerrada por su extremo final, no hay apenas circulación de aire. Estamos recorriendo lo que se supone era el lecho de un río subterráneo que se abrió camino entre las rocas. Otra cosa que llama inmediatamente la atención es lo resbaladizo del suelo y que, a veces, se vuelve fangoso. Aconsejable llevar los bastones para palpar mejor el terreno que pisamos. Conforme vamos avanzando aparecen charcos y pozas y habrá que andar con mucho tiento. Pero mientras tanto iremos disfrutando de la visión de las salas que se suceden. Estalactitas y estalagmitas de distintas formas y tamaños. Banderolas, troncos, torres, lágrimas aparecen al iluminar las paredes y los techos. Casi llegando al final está lo más llamativo del recorrido. Son unas extrañas formaciones en forma de nenúfares gigantes llamados Gourgs, medio sumergidas en un bonito lago. Tras casi 500 metros de recorrido llegamos al final o al tapón sería más lógico decir. Los sedimentos arcillosos depositados a lo largo de los siglos han taponado la cueva. Son decenas de metros de sedimento que, parece ser, los espeleólogos han intentado perforar poco a poco para seguir con lo que suponen, es la continuación de la cueva.

Ahora solamente hay que volver sobre nuestros pasos para salir, eso sí, volviendo a degustar cada rincón que aparece bajo una nueva perspectiva. En resumen, una maravilla que ya fue descrita por Cavanilles allá por 1795 en sus "Observaciones sobre el Reyno de Valencia", y que hay que recorrer sin prisa, disfrutando metro a metro.
A la salida y con el telón de fondo del porche de la cueva, el solecito mañanero nos invita a relajarnos un poco para enseguida continuar con nuestro recorrido.
Nada más salir de la galería de la cueva nos dirigimos a la izquierda con la idea de descender hacia el Barranco del Zapatero, que se dibujaba justo allá abajo. Para acceder a su cauce no hay senda que facilitara la acción, de modo que deberemos dirigimos a la izquierda para encontrar a la derecha un descenso algo complicado de seguir, que nos conducirá a la Rambla de Zapatero, para acceder a su cauce no hay senda que facilitara la acción, de modo que deberemos bajar por donde mas bien nos venga. Iremos bajando poco a poco hasta llegar al punto en donde nos quedan 2 ó 3 metros que descenderemos agarrándonos de las piedras, como mejor podamos. Pero por fin ya estamos en el Barranco del Zapatero. El barranco no nos decepciona, el agua ha continuado su labor creadora de un paisaje que nos cautivará nuevamente.

Comenzamos a recorrer el trazado del barranco por nuestra derecha, aguas arriba del barranco, que por nuestra derecha va a desembocar en la presa de Escalona.

Barranco del Zapatero

Ahora solo tenemos que seguir el cauce del barranco en donde podremos disfrutar de magnificas vistas de las diversas formas que el agua ha tallado con el paso del tiempo. Después de un buen rato de caminar veremos a nuestra derecha y a una altura de unos 4 metros una pared protegida con una reja, es un abrigo con pinturas rupestres que no podemos dejar de visitar, aunque hasta de cerca son difíciles de observar. Continuamos por el cauce del barranco y ya al final, en la llamada Rambla de Tambuc, un yacimiento de icnitas nos recibieron. Las icnitas se formaron sobre un lecho de arenas y arcillas quedando impresas, en el interior de la provincia de Valencia, las huellas de diversas clases de dinosaurios terópodos y ornitópodos. Después, estas pisadas fueron cubiertas por una delgada capa de arcilla que las preservó de su desaparición. Con el paso de tiempo, las huellas se petrificaron y se transformaron en areniscas (un tipo de roca sedimentaria), lo que conservó fosilizadas las huellas (icnitas). Dinosaurios que, allá por Cretácico Superior hace 80 millones de años, año mas o año menos, se pasearon por ahí igual que lo hacemos nosotros ahora, dejando sus huellas.

Icnita

El yacimiento de icnitas de la rambla del Tambuc, alberga más de 400 huellas de dinosaurio conservadas sobre el lecho de la rambla, muchas de ellas ordenadas en rastros de considerable longitud. Las icnitas fueron producidas hace unos 80 millones de años por dinosaurios que se desplazaban a través de extensas llanuras litorales, durante las fases de marea baja. El yacimiento ha sido adecuado para su visita. Dispone de un área de estacionamiento, desde el que hemos partido, y de un centro de información provisto de paneles informativos. En las áreas con mayor concentración de icnitas se ha instalado pasarelas y plataformas provistas de atriles que muestran planos de los afloramientos, y se ha diseñado un itinerario señalizado que permite recorrer los principales sectores del yacimiento, aunque todo esto ahora se encuentra en bastante mal estado. A pesar de todo todavía tuvimos oportunidad de ver alguna que otra icnita. Desde aquí ascendemos por nuestra derecha saliendo del barranco, para llegar junto a los paneles en el centro de información, y junto a ellos el aparcamiento en donde comenzamos nuestra ruta y ahora damos por finalizada.

Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a pacosubeybaja.blogspot.com.es

Hasta pronto.

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