miércoles, 18 de noviembre de 2015

GR-236 Ruta dels Monestirs - El Pas del Pobre 2ª etapa

Claustro Convent del Corpus Christi
Fecha: 15/11/15
Tipo de ruta: Lineal
Lugar de inicio: Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, Alfahuir, La Safor, Valencia.
Lugar de finalización: Convent del Corpus Christi, Llutxent, La Vall d'Albaida, Valencia.
Hora de inicio: 7 h 59 min
Duración: 9 h 9 min
Distancia: 19.98 Km
Dificultad: Media
Altura mínima: 58 m
Altura máxima: 462 m
Indice IBP: 70
Calificación (1-10): 8
Recorrido: Monestir de San Jeroni de Cotalba, Alfahuir – Rotova – Almiserá – Castell de Vilella – Llutxent – Ermita de la Consolació – Convent del Corpus Christi, Llutxent.

Como llegar
Saldremos de Algemesí por la CV-515 con dirección a Albalat de la Ribera para después dirigirnos a la población de Sueca, en donde tomaremos la A-38 con dirección a Gandía, nos dirigiremos hacia la población de Favareta, desde la cual y siempre por la A-38, llegaremos a la población de Xeraco.
Continuaremos por la N-332, hasta encontrar a nuestra izquierda el desvío que nos llevará por la CV-60, continuaremos hasta llegar a la salida n.º 35 por nuestra derecha con dirección a la Marxuquera y al Monasterio de San Jeroni de Cotalba, lugar de inicio de esta segunda etapa.

Comentario:
Esta es la segunda de las cinco rutas que componen este recorrido y que vamos a realizar bajo la organización del Ayuntamiento de Alzira y con la colaboración de las distintas localidades por las que discurre. En esta sewgunda etapa nos hemos dado cita Fernando, Adelina, Salva, Fina, Paco, David, y yo. Nos desplazamos hasta la vecina población de Alzira desde donde la organización nos traslada en autobús a la entrada del monasterio de San Jeroni de Cotalba, desde donde daremos comienzo a esta ruta.

Descripción de la ruta:
La ruta dels Monestirs recorre los monasterios de Sant Jeroni de Cotalba (Alfauir), Corpus Christi (Lluxent), Santa María de la Valldigna (Simat), Aigües Vives (Carcaixent) y la Murta (Alzira), todos ellos ubicados en la provincia de Valencia. Se trata de una ruta a pie lineal homologada como Sendero de Gran Recorrido (GR), y que discurre por vías pecuarias, caminos reales, sendas de montaña, caminos rurales, antiguas vías de ferrocarril y sendas históricas de origen medieval, como el Pas del Pobre. Por esta ruta se desplazaban, atravesando las montañas, los peregrinos con pocos recursos.
Esta es la segunda de las cinco etapas. Durante el recorrido de esta segunda etapa iremos dejando atrás las últimas poblaciones de la comarca de la Safor y el Ríu Vernissa, que las reúne a todas en su ribera. Partiremos desde el Monestir de San Jeroni de Cotalba, en Alfahuir hacia la población de Rótova, para dirigirnos después a Almiserá. Una última mirada desde la Senda de les Heretes, y seguimos avanzando. El Castell de Vilella nos indica la proximidad de la Vall d'Albaida, comarca que contiene una fisonomía diferente, mas montañosa. Para enseguida llegar a Llutxent y finalizar nuestro recorrido en Convent del Corpus Christi, de Llutxent. .

MONASTERIO DE SANT JERONI DE COTALBA
Cautivos los monjes que habitaban las Cuevas Santas, por los piratas berberiscos, fueron rescatados por Alfonso el Viejo, Duque de Gandía, que ante el temor de nuevas incursiones los llevó a Cotalba donde fundó el monasterio en 1388. La construcción se alzó en una aldea de Cotalba, donde existía un poblado morisco. La comunidad de Jerónimos del monasterio llegó a ser de las mas ricas y famosas del Reino de Valencia. El benefactor de la obra fue el duque Alfons "El Vell" (duque de la Corona de Aragón). La construcción arquitectónica se enmarca dentro del estilo gótico mudéjar renacentista, entre los siglos XIV y el XVII, revistiéndose la mayoría de los espacios en el siglo XVIII al estilo Barroco. Fue declarado Bien de Interés Cultural el año 1994. El monasterio sirvió de hospedería para reyes como FelipeII y Felipe III y personajes ilustres como San Vicente Ferrer. El monasterio fue desamortizado por Mendizábal en 1935 y adquirido por la familia Trenor, que lo acondicionó y recupero considerablemente.
En la misma puerta de entrada del Monestir de Sant Jeroni de Cotalba, dirección Gandia a Alzira, encontraremos a nuestra derecha el recorrido por la variante corta de este GR, y a la izquierda el itinerario principal, que será el que nosotros seguiremos. Saldremos desde el Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba, por el Camí del Convent, hasta llegar a la carretera de servicio de la CV-60, que seguiremos por nuestra derecha hasta llegar a la población de Rótova. Encontraremos a nuestra izquierda una derivación que, no tomaremos, y nos conduciría hasta la población de Alfahuir.

 
Comenzamos el camino
ALFAHUIR:
Aunque existen estudios que apuntan a la existencia de vestigios prehistóricos en Alfauir, la cerámica aparecida muestra una ocupación en época ibérica. Es en época romana cuando aparecen restos que atestiguan la ocupación de la zona, con vestigios de una probable Villa Romana adosada al Camino Real de Xàtiva (vía de origen romano que unía ´Dénia y Xàtiva), ya empleado en el siglo I a.C. Tras estos indicios, su historia se encierra en un largo silencio documental hasta el siglo XI, momento en el que se asienta una alquería morisca y se construye el castillo musulmán, que corona el pueblo en su parte oriental, dependiente del cercano castillo de Bayren. La conquista cristiana del territorio (siglo XII) llevará a la pequeña alquería de 25 casas a manos de Pere de Vilaragut, que la recibe de manos del rey Jaume I en 1249, que ostenta el señorío territorial y jurisdiccional del término. Será con la fundación del monasterio de San Jerónimo de Cotalba cuando, en 1388, cambie la jurisdicción al cenobio hasta el momento de su desamortización, en 1835. La desamortización del monasterio supone la desaparición de la comunidad de monjes más numerosa del territorio valenciano en ese momento.
Continuaremos hasta llegar a Rótova se encuentra al margen derecho del río Vernissa. Su ubicación estratégica de punto de paso entre los pueblos del interior y la costa, explica su nombre árabe de Rutba o Peaje. Así pues entraremos en la población de Rótova.

RÓTOVA:
Parece que, alrededor de 30.000 años antes de Cristo, a orillas del río Vernissa donde se localiza actualmente el pueblo de Rótova y los alrededores de su término municipal, ya deberían habitar una serie de culturas prehistóricas dedicadas a la recolección de frutos y la caza. Así parece confirmarlo el yacimiento arqueológico de las cuevas y grutas de la Peña Roja. En el contexto de la comarca de la Safor ha sido confirmada la presencia del hombre en un periodo situado entre los 300.000 y los 500.000 años. Y con un cultivo de tierras muy básico y con la escasa ganadería vivieron cientos de años por las tierras que rodean el actual emplazamiento urbano de Rótova.
Los íberos habitaron seguramente las riberas del río Vernissa a partir del siglo V a C, tal como parecen demostrarlo los desechos del castillo de Borró y otros restos cerámicos influenciadas por la llegada y visita de fenicios y griegos desde el mar Mediterráneo.
Alrededor del siglo I d C, la aparición del Imperio Romano transformó la estructura económica y modos de poblamiento de la cultura ibérica, toda ella diluida en el mundo cultural y económico de los recién llegados. Que los romanos habitaron villas cercanas al actual pueblo de Rótova lo prueba la recientemente descubierta villa romana de la Suerte de Rótova.
Con la decadencia romana vino la "oscuridad" histórica de bizantinos y visigodos, seguida por la larga época de cultura árabe cuando parece que el actual pueblo de Rótova fue una alquería islámica de las más importantes de la comarca. Su ubicación estratégica entre el interior y la costa, donde se pagaban derechos de paso, explica su nombre árabe de rutba o 'peaje'. Cuando Jaime I conquistó la comarca en el siglo XIII, la alquería musulmana era llamada ya como Rótova en el Llibre del Repartiment, siendo entregada en 1248 al primer señor de Rótova. Junto a otros alquerías de la zona, se encontraba bajo la jurisdicción del castillo de Borró, en un período caracterizado por la convivencia entre pobladores cristianos y antiguos musulmanes.
La fundación, en el siglo XIV, del monasterio de San Jerónimo de Cotalba supuso todo un evento para Rótova y para el valle de Vernissa, en potenciarse su actividad económica y social. A finales de siglo, el pueblo se acercaba a los 70 habitantes, llegando al centenar un siglo después. A principios del siglo XVI, los avatares de la guerra de las Germanías destruyeron por completo el antiguo núcleo de Rótova. Después de décadas de despoblación, la Carta Puebla de 1546 supuso el nacimiento de la Rótova actual. De esta forma, Rótova dejó de ser un lugar de musulmanes para ser un pueblo cristiano y valenciano, reconstruido como una calle mayor a continuación del palacio. Durante el siglo XVII, Rótova disminuyó su población debido a la expulsión de los moriscos en 1609, de la escasa rentabilidad de los cultivos y rebaños, y de la mortalidad producida por las epidemias. La Rótova los siglos XVIII y XIX. El siglo XVIII fue para Rótova un tiempo de crecimiento. Terminada la Guerra de Sucesión, el vecindario y sus señores, los Faus, aprovecharon muy bien la excelente coyuntura económica de aquellos años. De esta forma Rótova se convirtió en el núcleo urbano más relevante del valle de Vernissa. Hacia el año 1800 tenía unas 90 casas y sobrepasaba los 400 habitantes. Con la revolución liberal del siglo XIX y la disolución de los señoríos territoriales por parte de las Cortes españolas, en 1837 Rótova dejó de ser un territorio condal para convertirse en un municipio del partido judicial de Gandía. Para el archivo municipal se sabe que en 1869 el pueblo tenía ya 8 calles, 187 casas y 669 habitantes. En la segunda mitad del siglo XIX llegó a Rótova otra revolución, la de la agricultura industrial, con el cultivo de la vid y la elaboración de la pasa. Las pasas de Rótova, junto con las del resto de pueblos del Valle de Vernissa, marchaban en carruajes en el puerto de Dénia, desde donde partían los barcos en toda Europa, y especialmente en Inglaterra. El auge de la pasa y la construcción de la carretera de Gandía a Albaida supusieron un periodo de bonanza económica para el pueblo, que hizo aumentar la natalidad y el desarrollo urbanístico. Al cambiar de centuria el pueblo ya rondaba los 1.000 habitantes.
La ruta se adentra en el pueblo siguiendo las calles Jaume I, Comte de Rótova, Fonda, Major, hasta llegar a la Plaza Major. Veremos el Palacio de los Comtes de Rótova, una casa señorial del siglo XVI, cuya fachada preside el escudo de la familia, Faus Bou Peñarroya, que ostenta el titulo de conde desde que les fue concedido por el rey Carlos IV. Situado, en el número 6 del Carrer Major, lugar de acceso tradicional a Ròtova por el Camí de Xàtiva, nos habla del carácter de lugar de paso de este municipio. Frente al palacio está la Iglesia de San Bartolomé apóstol.
Es un edificio de finales del siglo XVI, aunque desde entonces ha sufrido importantes modificaciones, sobre todo en el siglo XVIII. Es el típico palacio rural, con un patio de armas o patio central a partir del que se configuran el resto de estancias. El patio está cerrado por una muralla almenada, y se conservan el cerramiento del huerto en la parte trasera, algunas habitaciones y el escudo nobiliario en la fachada.
Igual que el castillo, se cree que el Palacio se construyó sobre los restos de una edificación antigua, en este caso la torre de vigilancia de la alquería islámica de Ròtova. En su interior se han encontrado restos cerámicos de la época íbera; y tras funcionar como cárcel en el siglo XIX se dividió en viviendas que pasaron a manos de particulares. Ahora, el Ayuntamiento de Ròtova es el propietario, y estudia rehabilitarlo.
Continuaremos nuestra ruta por las calles Sant Josep, Venerable y Cervantes, para abandonar la población por el Camí del Borró, que discurre junto al río Vermissa, para dirigirnos a la población de Almiserá, siguiendo el cauce del río, por la Camí del Borró. Es una pista asfaltada cuyo trazado sigue los meandros del río. Nos cruzaremos con el PR-CV 100, pero nuestro camino continua por el Camí del Borró, por donde cruzaremos el río Vernissa y tomaremos una senda que mas adelante desemboca en una nueva pista forestal, que nos conduce a las poblaciones de Llocnou de Sant Jeroni y Almiserá, poblaciones separadas únicamente por el río Vernissa.

LLOCNOU DE SANT JERONI:
Los restos de la Antigüedad que se conocen corresponden a la época romana. Se trata de tres fragmentos de lápidas con inscripciones latinas. Uno de ellos apareció en la partida de la Granja, donde se supone que hubo una villa rústica durante los primeros siglos de nuestra Era.
Este pueblo tuvo como antecesor el mudéjar "Rafalet de Bonamira", que perteneció, tras la conquista, al mismo Jaime I Conquistador, quien lo concedió a su hijo el infante Pedro (Pedro el Grande), pasando luego a otras manos, como a Ximén Pérez de Arenós, quien lo vendió a Arnau Saurina, del que pasó al duque de Gandía, el cual lo donó a los monjes de San Jerónimo de Cotalba en 1420. El 8 de diciembre de 1609, este monasterio fundó Lugar Nuevo de San Jerónimo en el término del antiguo Rafalet.
La fundación de Lugar Nuevo de San Jerónimo consistió en el establecimiento de 15 nuevas casas para cristianos viejos (número mínimo fijado por la ley para establecer un señorío), mediante una capitulación con régimen enfitéutico. Aunque es el año 1609, esta fundación no está relacionada con la expulsión de los moriscos, ya que el Rafalet había sido desalojado de su población morisca un centenar de años antes. El antiguo "Rafalet" había quedado abandonado, ya que las nuevas casas se establecieron en otra ubicación del mismo término: a un lado y a otro del camino real (antigua calzada romana de Denia a Játiva). Este señorío pasó a llamarse "Lloc nou de Bonamira", "Lloc nou dels frares" y, finalmente, "Lloc nou de Sant Jeroni". Más tarde, desde mediados del siglo XIX se denominó "Lugar Nuevo de San Jerónimo". En 1984 recuperó su denominación original en valenciano: Llocnou de Sant Jeroni.
En 1794 tenía 30 casas (150 habitantes) y en 1897, 527 habitantes, aumento debido a la expansión de la vid en las últimas décadas del siglo XIX y a la incipiente introducción del naranjo.

ALMISERÁ:
Municipio situado en la carretera de Gandía a Albaida y en las estribaciones de la sierra del Buixcarró. Su superficie se encuentra accidentada por varios barrancos y montes. Las alturas principales son Alto de la fuente Blanca (549 m), Picaio (557 m), Tramús (236 m). El río Vernissa atraviesa el término de E a NE sirviendo de límite con Lloc Nou de Sant Jeroni; afluyen al mismo los barrancos de la Figuera y Magrells.
El clima es templado; predominando los vientos del E y O siendo los primeros los que provocan las lluvias. El regadío casi todo destinado al cultivo del naranjo; se riega con aguas del río Vernissa, administradas por un Sindicato de Riegos del Vernissa; hay también pozos artesianos. En la zona del secano hay olivos, almendros, algarrobos, viña y cereales; la cosecha de uva se utiliza para la producción de pasas.
El pueblo está situado en la margen izquierda del río, sobre un pequeño altozano. Fue alquería musulmana dependiendo del castillo de Borro. Antes del despoblamiento producido por la expulsión de los moriscos, en 1609, contaba con 26 familias. Fue repoblada poco después. Perteneció al ducado de Gandía. Se dedican fiestas a Santa Úrsula el 21 de octubre. Los habitantes de este municipio reciben el nombre de miserantins.
Después de hacer el preceptivo parón para el almuerzo abandonaremos la población de Almiserá por la calle Vermissa y el Camí del Cementeri. A pocos metros tomaremos el Camí dels Garrofers del Tío García y a continuación giraremos a nuestra izquierda para comenzar la ascensión de la Serra de la Marxuquera por la Senda de les Eretes. Llegaremos a la parte alta de la sierra conocida como el Bancal Roig. Pronto la senda comienza a ensancharse y se convierte en pista forestal. Desde allí ya divisaremos los muros del Castell de Vilella, de origen musulmán y que data del siglo XII. Dejaremos atrás el castillo por el Camí de les Eretes, que enlaza con el Camí de la Catalana y que pronto nos conducirá hasta la población de Llutxent.

 
Lavadero de Almiserá

LLUTXENT:
Entramos en la comarca de la Vall d'Albaida por la población de Llutxent, que se encuentra al mediodía de la Comunidad Valenciana, situado en la vertiente oriental de la comarca de La Vall d'Albaida, a 13 kilómetros de Xàtiva, y 24 de Gandía, siendo atravesada por la CV-332.
El término municipal, ocupa una extensión de 39,1 kilómetros, y delimita por el Norte con Pinet; por El Este, con Gandía, Rótova, Ador y Almiserát; al Oeste, con Benicolet, Castelló de Rugat y La Pobla del Duc; y al Sur, con Quatretonda.
En el término, hemos de diferenciar la sierra y el llano. Por lo que respecta en la sierra, forma parte de los últimos estribaciones de los sistemas Béticos e Ibérico; encontrándose la altura máxima en el Alto de la Lechera (716 m.). El llano, más abierto, inicia el valle por levante; de lomas suaves aptos para el cultivo de la tierra, presenta la altura mínima, en el barranco de Xetà (210 m.). El núcleo de la población, queda ubicado en la vertiente del raiguer pedregoso, a 284 metros de altitud.
Etimológicamente, Llutxent es un antropónimo latín, que denota la existencia de un poblamiento romano, de una villa Luciana o pagu Lucianu. Aunque, no solo encontramos este topónimo romano al término de Llutxent, ya que encontramos diferentes yacimientos de este período, como los ubicados a las partidas de Mezquita y Vivella.
Pocas datos tenemos del período islámico a Llutxent. El actual término, estará configurado por un gran número de alquerías, que perduran toponímicamente, como Benicava, Benitxellví, Xetà, Rafal, Osset, Cometa,... y que dependían del castillo, o mejor dedo, del albacara del Xiu.
Con la conquista de Jaime I, y la llegada de las tropas catalano-aragonesas a las tierras “de acullá del Júcar”, encontraremos las primeras referencias escritas de Llutxent. Estas primeras referencias escritas, están relacionadas con la gran revuelta islámica de 1247-1248. Así, en la primavera de 1248, el rey se encuentra asediando el castillo del Xiu, y es cuando hace las donación de tierras a los cruzados conquistadores, en los actuales términos de Llutxent y Quatretonda, estableciendo población cristiana en ambas villas, mientras la resto de alquerías mantienen la población islámica autóctona.
El 1276, en plena revuelta de Al-Azraq, la puebla de Llutxent es arrasada. El rey Jaime, viejo y moribundo, envía tropas, y estas son derrotadas. Ya al año nuevo, el 1277, el novel rey Pedro II El Grande, dará los territorios, al noble italiano Joan de Pròxita, naciendo así, la baronía de Llutxent.
Los Pròxita, como señores de Llutxent, iniciarán la construcción del castillo-palacio. El 1487, la señoría pasará a manos de la familia de los Mazo, y el 1729, volverá a cambiar el titular, recayendo ahora en el marquesado de Dos Aigües.
Aparte de las acciones bélicas en los primeros años de la Reconquista, Llutxent y su término han intervenido a lo largo de su historia en otros hechos de armas. En las Guerras de la Unión (1348-49) fue escenario de enfrentamientos entre realistas y unionistas, y durante la revuelta de las Germanías (1522) la villa fue asaltada por los agermanados de Xàtiva, resistiendo los defensores al palacio fortificado. Sufrió también la ocupación de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, así como la fustigación de partidas carlistas a finales del s. XIX.
Por lo que respecta a la trama urbana, debemos diferenciar, el casco tradicional, que compran el espacio que ocupaba la población hasta la primera mitad del siglo XX, del ensanchamiento urbano derivado del crecimiento económico de los años 60.
En el casco tradicional, encontraremos en la parte alta de la localidad, el espacio medieval, donde podemos reconocer el camino viejo de Xàtiva, el castillo-palacio, el arrabal, ka la villa, y la antigua iglesia, ubicada entre los actuales calles Badenes, Arrabal, Porches y plaza Mayor. Los espacios comprendidos entre las plazas de la Fuente y Vivas, nos muestran la villa moderna, es decir, el Llutxent de los siglos XVI-XVIII, donde destacarán varias casas grandes y de labradores acomodados. El tercer espacio, corresponderá al crecimiento del siglo XI, donde destacará la plaza Mayor, con la iglesia (1868), y varias calles como la del Doce, la del Medio, la de Bajo,... con presencia de casas de las oligarquías locales.
Alrededor del casco tradicional, encontramos el ensanchamiento posterior a los años 60, donde los principales tiros serán, la ampliación por el Sur, más acullá de las carreteras de Xàtiva-Gandia, actual Avd. de Valencia; por el este, más acullá de la carretera de Pinet, actual Avenida del Monte Santo; por el Oeste, del camino viejo de Xàtiva, actual calle la Cruz; y por el Norte, la creación de la Ronda Norte. El segundo de los tiros característicos de estos espacios, será el de un diseño geométrico, formado por calles anchas y largas.
Entramos en el pueblo por la calle La Plana y la Avenida de Montsant, con dirección a Pinet. Al llegar al cruce con la carretera continuamos por nuestra izquierda, aunque la ruta en realidad continua por nuestra derecha, pero es la hora de comer, y “a la taula y al llit, al primer crit“. Después de un buen descanso y reposición de fuerzas y líquidos regresamos a la carretera para continuar la ruta hasta llegar a una curva en donde veremos una cruz a nuestra izquierda que nos anuncia el inicio del Calvari. Ya casi en la salida del pueblo y a nuestra izquierda continuaremos pues por el Calvari que nos llevará la Ermita de la Consolació. Este calvario tiene como característica particular que su trazado no es como los habituales en zig-zag, sino que su recorrido es totalmente recto , lo que lo hace un poco mas dificultoso en su ascensión, pero nada que no pueda hacerse con paciencia. Al llegar al final nos encontraremos con la Ermita de la Consolació.

ERMITA DE LA CONSOLACIO:
Construida en el siglo XVIII ante una de las cruces levantadas al 1335 (Aparición de la Cruz) en un rellano de la costa a iniciativa particular de un matrimonio catalán (Serra).
El conjunto de la edificación es un rectángulo. En la fachada se abre una puerta que permite el acceso a la iglesia y al resto de las dependencias que le rodean.
La iglesia es de planta de cruz, con unos cortísimos pero anchos brazos, cubierto el crucero con vuelta de media esfera sobre conchas, recodo en muros de piedra de emparedar y los brazos con vuelta de cañón.
Detrás de la cabecera, donde está la imagen de la Virgen está el camarín, construcción típica del barroco valenciano. A él se llega por la derecha del presbítero mediante una doble escalera.
La decoración, también del siglo XVIII es muy interesante ya que narra el milagro de los corporales.
El suceso en que se basa sucedió durante la Batalla de Llutxent, que tuvo lugar en junio de 1276 con la segunda revuelta de Al-azraq, y concretamente detrás de los violentos sucesos ocurridos después de la muerte de este líder rebelde. Los musulmanes sublevados, capitaneados por Aben-Bazel, después de saquear la villa se refugiaron en el castillo, donde acudieron a hacerles frente las fuerzas cristianas, probablemente sin el conocimiento de Jaime I, quien en esos momentos se encontraba enfermo de muerte en Xàtiva, aunque la leyenda quiere que fuera transportando en litera hasta el lugar de la batalla para alentar a sus tropas. En un principio, las fuerzas cristianas sufrieron una severa derrota en que murieron o fueron hechos prisioneros importantes caballeros. En el fragor de la batalla, cuando todo parecía perdido para las fuerzas cristianas, el sacerdote rector de San Cristóbal de Daroca encontró gotas de sangre en los corporales con que había enredado unas hostias consagradas después de celebrar misa, lo cual se consideró un hecho milagroso y infundió nuevas fuerzas a los cristianos, los que recuperaron el castillo, vencieron y expulsaron a los musulmanes que se refugiaron en la fortaleza de Montesa, último de sus baluartes hasta su derrota definitiva. Los corporales fueron, siempre según la tradición, transportados prodigiosamente hasta Daroca (Zaragoza), donde aún se veneran en su iglesia. 

Ermita de la Consolació
El año 1957, por legado testamentario fue propiedad del rector Alfons Roig. Actualmente y después de la muerte del rector, la ermita ha pasado a manos de la Diputación.
Para describir con más detalle la ermita haremos uso de la Guía del Visitante que redactó Alfons Roig en su libro "La ermita de Llutxent":
1-Los Azulejos. Al entrar en el cancel encontramos, a mano izquierda, la puerta que da paso en la casa. A mano derecha había seguramente una cisterna que abastecía de agua los peregrinos. En medio está la puerta de entrada en la capilla. Colgados de esta puerta y de la pared inmediata hay cuatro cuadros muy sencillos y populares, cada uno con un texto de un estilo un poco docto y rebuscado. Ya dentro de la capilla el primero que nos llama la atención es la cerámica, que forma el zócalo del oratorio. Quizá este sea uno de los mejores conjuntos del País Valenciano. sus características más principales son las siguientes: tiene 1,70 metros de altura; los colores son verdes, amarillos, calabaza, azules y violetas; las figuras están entrelazadas por adornos del rococó; notamos una arbitrariedad e ingenuidad en los trajes, las armas y los tiros raciales, así como en los edificios. Diríamos que los cristianos parecen franceses del siglo XVIII y los moros turcos-asiáticos. He aquí una descripción de los ocho plafones que forman el conjunto:
Un prólogo panorámico del tema: la batalla de los moros y cristianos
La celebración de la misa, al momento de la consagración con cinco formas adscritas a la comunión de los capitanes
Un episodio de la lucha de los moros y cristianos
Durante la batalla, el sacerdote escondiendo los corporales en el agujero de una peña
El presbítero con bonete y los soldados van en procesión buscando los corporales escondidos
Reanudan la misa y el capellán muestra los corporales con cinco señales de sangre
La victoria definitiva del ejército cristiano sobre los moros, al tiempo que el capellán muestra los corporales milagrosos.
La burrita cargada de una caja con los corporales va camino de Daroca acompañada de capellanes y pueblo.
2. El retablo. El retablo del altar mayor de la Ermita, del siglo XVIII es de madera sin ningún policromía, recargado de elementos decorativos del rococó; le carecen cuatro estatuas que correspondrían a San Joaquín y Santa Ana y a los Santos Cosme y Damián que fueron quemadas los primeros días de la guerra civil.
3. La imagen de Nuestra Señora: Es de aquellas que dicen "para vestir" o "de bulto". El fundador de la ermita, Gabriel Serra tenía esta imagen en su casa de Cataluña y la llevó en Valencia porque le tenía mucha devoción. Todos los que se han acercado a la imagen han quedado impresionados por la perfección de su rostro y sus manos.
4. El Ángel: Llutxent celebra el 6 de julio la fiesta de la Aparición de la Cruz. La fiesta tiene su razón de ser en un prodigio. Al paso del tiempo se había perdido la memoria del lugar donde ocurrió el milagro de los corporales. La gente del pueblo se encomendó al cielo pidiendo un señal para salir de la duda. El ángel de la cúpula y los ángeles músicos muestran la señal, es decir, una cruz prodigiosamente luminosa que disipó las confusiones del pueblo de Llutxent.
5. El camarín. Yendo hacia la sacristía, a nuestra izquierda, está el camarín de Nuestra Señora. Para subir hay una escalera de las llamadas imperiales o de dos vueltas. Los escalones de esta escalera tienen unas azulejos con escenas ingenuas y populares de caza y pesca. Forman una bella colección. Aquí, en el camarín, es donde los devotos de Nuestra Señora le hacen sus ofrendas o "votos", es decir, las ofrendas o promesas que después quedan expuestas a la vista de todo el mundo.
6. Las vidrieras de Alfred Manessier, que fué un artista francés de los más célebres del siglo XX que estuvo en varias ocasiones a la ermita y hizo las cuatro vidrieras de las ventanas de la cúpula): Manessier dijo de ellas: "Qué gozo de haber, por fin, puesto estas cuatro pequeñas vidrieras dentro de la capilla de la ermita de Llutxent, tan estimada en mi corazón desde hace tantos años.
Siguiendo la cuesta y dejando atrás la ermita de la Virgen de la Consolación, se llega al Monasterio del Corpus Christi o "el convento" como se le conoce en el pueblo.

MONASTERIO DEL CORPUS CHRISTI
Enclavado en el Monte Santo, denominado así por el Milagro de los Corporales que tuvo lugar, según narran varias fuentes históricas, al 1239 durante la Reconquista, gozó de gran trascendencia al convertirse en un punto de referencia religioso. Actualmente también es punto de referencia paisajístico y natural por la gran pinada que le rodea y por el algarrobo centenario que tiene delante. Las primeras dataciones se corresponden con la edificación de una ermita mandada construir por María de Vidaura, primera señora de la Baronía de Llutxent, como recordatorio del milagro.
El convento fue propiedad de los dominicos y con la desamortización de Mendizábal pasó a manos privadas. Ahora es propiedad de la Diputación de Valencia.
Construido al 1422 cuando Olf de Pròxita da a la comunidad de religiosos la iglesia, los terrenos por construir y la dotación para su mantenimiento al lugar donde ocurrió el Milagro de los Corporales. Gozó de gran popularidad en convertirse en Universidad con capacidad para la formación de religiosos en Artes y Teología allá por el año 1475. En los dos siglos posteriores, el monasterio llega a su esplendor, convirtiéndose en seminario para los frailes misioneros en América.
El monasterio es un complejo conjunto de edificaciones resultantes de las ampliaciones exigidas por el desarrollo de la vida conventual y cultural del mismo y responden a los estilos imperantes en la época de su construcción.
Durante la Guerra de Sucesión, un incendio lo destruye casi todo. La mayor parte del que ahora contemplamos corresponde a la reconstrucción que se hizo al siglo XVIII.
El claustro cuadrado fecha del siglo XVIII con cinco arcos de medio punto apoyados en pilastras. Abren en una galería con vuelta enervada y que en la parte superior está cerrada. En la parte occidental se abre la sala capitular. 

Claustro del Convent del Corpus Christi
Anexos a este bloque están las diversas dependencias dedicadas en el alojamiento de los novicios, sepulturas, graneros, cuadras, bodega, patios, etc. 
El siglo XIX fue desastroso para el monasterio por la desamortización de Mendizábal y el saqueo de los franceses y finalmente se transformó en masía. Después de muchos años de abandono, ahora vuelve a vivir un período de esplendor ayudado por la Diputación, Ayuntamiento y otros organismos que intentan convertirlo en un centro cultural de renombre internacional.
Incrustada en el convento pero con acceso exterior, encontramos este templo de estilo gótico mediterráneo, con un cuerpo principal y dos capillas abiertas en los dos tramos centrales. Destaca su sobria fachada en muro cortina, donde encontramos el acceso rematado por un arco conopial.
El cuerpo central, muy alargado, consta de cuatro tramos cuadrangulares cubiertos, los tres primeros, por vuelta de crucería simple, y el cuarto, con una vuelta más compleja. En la crujía de los pies, sobre la entrada, encontramos el corazón, sostenido por una vuelta enervada.
Al cuerpo central se abren dos capillas. La más próxima al presbiterio, que es la capilla de la Santa Faz, con vuelta de cañón, en origen se correspondía en la capilla de la comunión. La segunda de las capillas, se corresponde a la de la Virgen María. Creación del siglo dieciocho, destaca su cúpula y la rica decoración en azulejos, tanto al zócalo como en el suelo. El 1982, fue declarada Monumento Nacional.
Delante de la iglésia, en la pinada del convento, encontramos la capilla de San Lluïs Beltran, en un templete cuadrangular, situado delante de la puerta de la iglesia.
Con la visita a este Monasterio del Corpus Christi en Llutxent damos por finalizada esta segunda etapa.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a Guia de senderisme del GR-236 y a www.llutxent.com
Hasta pronto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario