viernes, 31 de agosto de 2018

Quesa - Abrigo de Voro - Charcos Río Grande

Charcos del río Grande

Fecha: 26/8/18
Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Quesa, La canal de Navarrés, Valencia
Hora de inicio: 7 h 30 min
Duración: 5 h 19 min
Distancia: 16,09 Km
Dificultad: Media
Altura mínima: 256 m
Altura máxima: 611 m
Indice IBP: 55
Calificación (1-10): 8
Recorrido: Charco de la Horteta – Carril de los Charcos – Carril del Planil – Casa Eliseo – Collado de los Verdines – Collado del Lobo – Abrigo de Voro – Río Grande – Charco del Chorro – Charco de la Perola – Charco de las Fuentes – Charco de la Horteta.

Cómo llegar:
Saldremos de Algemesí por la CV-42 con dirección a Alzira, para desde allí dirigirnos hacia Benimuslem por la CV-550 y desde allí con dirección a Alberique conectaremos con a la A-7, Autovía del Mediterráneo con dirección a Albacete, una vez en ella, tomaremos la salida por la CV-590 con dirección a Estubeny, pasamos esta población, conectando con la CV-580 en donde seguiremos por nuestra derecha con dirección a Anna y mas tarde dejaremos atrás las poblaciones de Chella y Bolbaite, para llegar mas tarde a Navarres, población que después de atravesarla nos llevará a Quesa. Atravesaremos el pueblo, y justo antes de salir del mismo hay una rotonda con un enorme árbol, aquí veremos el indicador hacia los Charcos de Quesa. Llegaremos al cauce del Río Grande, una cadena corta el camino el precio por pasar son 2€ por cabeza...En fin dejamos el coche fuera arrimado al camino y empezamos el pateo desde el cartel indicador del PR-CV 203 50m antes de la cadena.

Descripción de la ruta:
Esta semana la ruta discurre por las cercanías de Quesa.
Esta vez la propuesta es volver a hacer la ruta por los Charcos de Quesa, que ya hicimos en otra ocasión. Esta vez la realizaremos en el sentido contrario a la vez anterior. Comenzaremos por la parte de camino y carretera y en ascenso para terminar en descenso y ademas tener la oportunidad de darnos un chapuzón al final de la ruta.
En este final de la ruta pasaremos por las pozas del Charco del Chorro, el Charco de la Cacerola, el Charco de las Fuentes y el Charco de la Horteta, dándonos un chapuzón, cerca del final de la ruta en el que más nos apetezca.
A la cita acudimos Fernando y yo, y un poco antes de las 7,30 de la mañana ya estábamos aparcados en el punto de inicio. A estas horas el parking se encontraba desierto y a la derecha justo antes de pasar la valla se puede aparcar sin ningún problema.
Comenzamos a caminar en el sentido opuesto al que habíamos venido con el coche, hasta la carretera y circulando por ella. Enseguida veremos allá abajo a la derecha Charco de la Horteta. Se puede bajar haciendo una pequeña destrepada. Pero decidimos continuar, pues el agua parece como estancada y a estas horas todavía no apetece el baño. Veremos allí mismo el cartel de una vía ferrata pero estuvimos fijándonos y no llegamos a verla.
Continuamos subiendo por la carretera hasta llegar a un cruce con el Camino del Planil y un poste de PR, que nos indica que debemos continuar por nuestra izquierda con dirección al Abrigo de Voro. Veremos mas adelante un desvío a nuestra izquierda dejando la carretera por una senda que nos hará evitar un par de curvas, después de cruzarla de nuevo, al final continuaremos por la carretera, por nuestra derecha.
El asfalto al final se convierte en una amplia pista de tierra y pasamos por las ruinas de la Casa Eliseo, que dejaremos a nuestra derecha, es una buena referencia y nosotros continuamos recto por la pista.
Casa Eliseo
Llegamos a otro cruce con un poste que nos indica que estábamos en el Collado de los Verdines y en donde nosotros seguiremos por la pista de nuestra izquierda, continuando en dirección al Abrigo de Voro. Esta parte hasta aquí es la más aburrida de la ruta y pensamos que lo mejor es quitársela de encima cuanto antes, con el fresco de la mañana. Es un mal necesario para hacer la ruta circular.
La pista se va haciendo cada vez menos pisada y pasamos por la Sima de la Higuera, un agujero bastante profundo en el que curiosamente crece una higuera desde su fondo. La pista se convertirá en senda y comenzará a descender con dirección a las pinturas rupestres del Abrigo de Voro.
Aquí abajo las tenemos protegidas por una reja, quizás demasiado separada, ya que cuesta mucho ver las pinturas desde esa distancia y pierde algo de interés. Para bajar hay que hacer una pequeña destrepada por la roca. Hay unos pequeños huecos hechos a modo de peldaños para poner los pies, y que nos facilitarán el descenso.
Llegamos al abrigo de Voro decorado con sus 70 figuras: hombres y animales, la crónica pictórica de grupos de cazadores de la Prehistoria en la que destaca de forma sobresaliente, en un pequeño friso, la escena interpretada como una danza guerrera de un grupo de cuatro hombres, muy bien conservada, de excelente ejecución y admirable movilidad y composición. 
Abrigo de Voro
El indescifrable motivo inspirador de las decoraciones rupestres, de interpretación puramente especulativa, permite la suposición de ritos mágicos y conjuros que propicien la suerte de la caza.
Desde la elevada situación de la cavidad de Voro sobre el cauce de Río Grande, vemos ante nosotros el paisaje tal como lo veían los cazadores de la Prehistoria.
No es difícil imaginar la mirada de los hombres dispuestos en el acecho desde la altura, ante la variada fauna salvaje acogida al resguardo del río y su rica vegetación, pastos y el agua. El paisaje es indisociable de la interpretación del arte rupestre, como escenario natural a través del cual, de sus características y evolución, podemos observar las representaciones, reflejo de su estrecha y vital dependencia al medio y a sus ciclos naturales
Una vez disfrutado de la visita continuamos descendiendo hasta llegar al fondo del Barranco del Río Grande, por el que ya seguiremos por nuestra izquierda, aguas abajo, hasta el final de la ruta. Aquí encontramos un buen lugar apoyados en las rocas para poder disfrutar del almuerzo como es costumbre. Una vez terminado con este ritual imprescindible decidimos que debemos continuar con nuestro recorrido.
Esta es la parte más vistosa y entretenida de la ruta, salpicada por las sensaciones de lo encajonamiento del barranco y las pozas que nos irían apareciendo al paso. El río ya comienza a tener algún pequeño charco con agua desde un poco mas adelante, lo que siempre es una alegría, pero nos imaginamos el lugar cundo el agua se hace mas presente.
Llegamos pasamos junto algunas pozas con el agua totalmente transparente y en las que en mas de una ya se puede disfrutar de un pequeño baño. El recorrido por el cauce del río es precioso, después de un buen rato, continuamos pasando por otras pozas también llamativas.
En un momento de la senda hay una pequeña bifurcación hacia la izquierda que cruza el barranquito y en la otra parte hay un poste indicando la situación de la Fuente de la Víbora. Si no se está atento es fácil pasársela. Es un pequeño nacimiento de agua que cae a través de una teja casi a ras de suelo.
Continuamos por el interior del río Grande, ya que es más ameno y mas corto que por la senda que continua por nuestra derecha, pero es otra opción. Pasaremos por encima del Azud de Corbera. Llegamos al azud y cruzamos a la otra parte para seguir la senda muy cerca de la pared rocosa. Desde aquí comenzamos a oír el rumor de gente cuando llegamos al Azud de Corbera y ante la cercanía de la poza más conocida de este grupo de charcos, el Charco del Chorro. Cambiamos de margen, como nos indicaba la señal y lo recorrimos lateralmente por la izquierda, hasta que vimos una senda que bajaba y que nos llevó a la parte inferior. Elegimos este como el lugar para bañarnos y lo disfrutamos como todos los demás. 
Charco del Chorro
Disfrutamos de la vista y pasamos por un caminito que parte por la derecha de la charca y que llega hasta la parte de atrás de la cascada. Continuamos y de ahora en adelante esta sucesión de pozas hasta llegar al Charco de las Fuentes puede que sea la zona más bonita de toda la ruta, y quizás también estas pozas sean las mejores para detenernos a tomar un refrescante baño. En el Charco de las Fuentes, encontraremos una fuente en la podremos beber. Al llegar hasta aquí ya habremos podido elegir el lugar en donde bañarnos y sino lo hemos hecho, podremos volver hacia atrás para hacerlo. Nos encontraremos un poste con la indicación a la Cova del Carbó, pero nosotros continuamos por el cauce del río
Ahora ya solo nos queda continuar por el cauce del Río Grande hasta llegar al lugar en donde aparcamos nuestro coche y en donde daremos por finalizada nuestra ruta de hoy.
Una ruta fácil, sin ninguna complicación, en la que el primer tramo de carretera y pista no es de lo mejor y que en realidad vale la pena realizar al comienzo de la mañana, con la fresca y mientras se va charlando y calentando.
La primera parte de la ruta no aporta nada y sólo hay que hacer el "sacrificio" si se quiere hacerla circular. Las pinturas rupestres son siempre interesantes y el recorrido por el cauce del Río Grande, una maravilla. Sin ningún problema para transitar por él y las pozas son el colofón de la jornada.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a pabloonce.blogspot.com
Hasta pronto.

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