Teatro romano de Sagunto |
Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Sagunto, El Camp de Morvedre, Valencia
Hora de inicio: 7 h 59 min
Duración: 4 h 16 min
Distancia: 8.18 Km
Dificultad: Baja
Altura mínima: 29 m
Altura máxima: 168 m
Indice IBP: 34
Calificación (1-10): 8
Recorrido: Sagunto – SL-CV 42 Senda dels Lladres – Castillo de Sagunto – Teatro Romano de Sagunto – Museo Histórico de Sagunto – Sagunto.
Saldremos de Algemesí con dirección a
Alginet, por la CV-525, justo antes de entrar en esta ultima
población tomaremos la A-7, Autovía del Mediterráneo, con
dirección a Valencia, en la A-7 y después de pasar el
establecimiento penitenciario de Picasent, nos desviaremos por la
circunvalación con dirección Madrid-Barcelona, continuaremos por la
misma A-7 y nos desviaremos por la A-23, Autovía Mudéjar, con
dirección a Sagunto y entraremos a Sagunto, tomando la salida nº 4
y dejando la A-23, por la N-340 entrando por la Avda. del País
Valencia hasta llegar a la 3ª rotonda para dar la vuelta completa y
regresar hacia atrás tomar a la izquierda la Avda. de los Santos de
Piedra donde continuaremos 200 metros para tomar a la derecha la
primera Calle dels Horts que nos lleva a la Plaza del Cronista Chabre
en donde deberíamos tener sitio disponible para aparcar, pero las
fiestas son las fiestas y tuvimos que aparcar en la calle Camí
Reial. Desde aquí andando acceder a la Calle del Castell y la Plaza
Mayor Porticada
Descripción de la ruta:
Esta semana la ruta discurre por las cercanías de Sagunto.
Comenzamos a caminar regresando por la
calle Camí Reial hasta llegar frente al ayuntamiento y por nuestra
izquierda llegamos a la Plaza Mayor Porticada y por su parte
izquierda seguimos por la calle Castell y enseguida por la calle de
la Sang Vella, llegamos frente a una pequeña fuente y por unas
escalinatas a nuestra izquierda por la calle Segovia, y al final
continuamos por la calle Pedro Cartagena llegando junto al Teatro
Romano. El SL-CV 42 comienza junto al Teatro Romano, continuamos por
la calle de las Antígonas subiendo por las escaleras que lo
circundan por el O. Se cruzan unas pequeñas plataformas ajardinadas
en graderío para llegar a la carretera de acceso al Castell. Veremos
un poste indicador del SL hacia el Mirador y nuestra ruta va hacía
el O por un ancho camino al pie de las murallas en ligero ascenso,
para cruzar un lienzo que baja perpendicular a ellas, donde se
encuentra un pequeño portal, que cruzaremos y continuamos por un
sendero que asciende ligeramente en la misma dirección sobre la
Ermita del Calvario, que veremos a nuestra derecha, hasta salir a un
espacio abierto y llano en el extremo de Poniente del Castell, sobre
el que se alza el último baluarte. Es el punto de altura máxima del
recorrido. Desde aquí se puede llegar, desviándose del SL, al
mirador de la plataforma panorámica que culmina el relleno de la
enorme cantera al S del Tossal. Continuamos rodeando la muralla del
castillo siguiendo las señales del SL y pasando ya a las vertientes
de solana. Llaneando entre algún algarrobo y las cada vez más
presentes chumberas, cruzamos un espacio al pie de las murallas del
Castell donde se reúnen en un corto tramo algunos elementos de
interés, señalizados por este SL, como los restos de hábitat
ibero, la muralla también íbera y un antiguo aljibe. A partir de
éste aljibe, una potente muralla al S impide el paso horizontal, por
lo que se desciende ligeramente para ir siguiendo unos relieves
escalonados en descenso, siempre en dirección dominante al E y ya a
distancia de los tramos de muralla, por los que alcanzamos una
cornisa horizontal. A nuestros pies y durante un tramo tendremos unas
pobres construcciones sobre unos espacios degradados. Un pequeño
descenso más nos pone sobre un vial recientemente abierto para la
instalación de la iluminación del Castell, por el que llegamos a
una replaza abierta. De esta se toma la calle Vista Alegre, ya en el
casco urbano de Sagunto, y por el a nuestra derecha por la calle Sant
Domenec llegamos a pasar por la que fue Porta Ferrissa, para salir a
la calle Mayor, antiguo eje principal de la ciudad, y en donde
continuamos por nuestra izquierda, remontamos por la calle del Herois
y por la escalera que encontramos a su final, que nos da paso a unos
tramos ajardinados situados entre los lienzos de murallas y las
casas. Caminando llegamos a la carretera de acceso al Castell, al
extremo E del Teatro. Subimos por unos escalones entre una pequeña
pinada y llegamos a la entrada del Castillo de Sagunto. Hemos
finalizado el recorrido el SL, y ahora continuamos con la visita al
castillo.
El Castillo de Sagunto se halla
localizado sobre un cerro, teniendo una longitud de un km. La
presencia del castillo es tan antigua como el origen de la ciudad y
ya los íberos establecieron allí su primer asentamiento (Arse). Los
pobladores de la ciudad ibérica de Arse, alcanzarán un gran
desarrollo económico y cultural, que se manifestará en la acuñación
de moneda y en la realización de inscripciones con caracteres
ibéricos. En el aspecto económico, seguramente tuvieron contactos
mercantiles con los pueblos fenicio y griego. Tradicionalmente se
habla del castillo romano, haciendo con ello referencia a la
civilización que más a marcado este monumento y donde se encontraba
Saguntum. Tendremos que recurrir a la fantasía para imaginar
aquella importante urbe fundada por comerciantes griegos. Luego se
alió con los romanos y pasó a la historia por la resistencia de sus
habitantes que fueron capaces de aguantar un larguísimo asedio de
las tropas de Aníbal, a la ciudad ibérica en el año 219 a.C, poco
antes de ser conquistada por Roma.
Como otros lugares legendarios, sus
habitantes prefirieron morir de hambre y sed, antes de entregarse a
los invasores y acabar siendo vendidos como esclavos.
Castillo de Sagunto |
Durante el siglo II a.C., el equilibrio
de fuerzas en el Mediterráneo entre dos potencias, Roma y Cartago,
se plasmará en la península ibérica en el Tratado del Ebro –226
a.C.-, por el que dicho río servía de límite de sus respectivas
conquistas, aunque para Sagunto –situada en zona de dominio púnico-
no estaba asegurada la independencia, pese a ser ciudad aliada de
Roma, siendo destruida unos años más tarde –219 a.C.- por el
caudillo cartaginés Aníbal, después de un duro y prologado asedio
de ocho meses, en los que la ciudad escribió una página gloriosa de
la historia de España por el arrojo y heroísmo con el que se
enfrentó al invasor, hito que perdurará a lo largo de los
siglos.
La conquista de la ciudad saguntina será el detonante de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago. En el año 214 a.C., la ciudad es conquistada por Cneo y Publio Escipión y restaurada por Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino de los anteriores, comenzando un proceso de reconstrucción y esplendor bajo la protección de Roma –romanización-, lo que conllevará a un desarrollo económico y artístico de la ciudad y de su zona de influencia, obteniendo sus habitantes incluso el derecho de ciudadanía romana. Desde el punto de vista artístico, este resurgimiento se plasmará en la erección del teatro y circo romanos, así como otros monumentos civiles y religiosos, extendiéndose la ciudad por el valle.
La conquista de la ciudad saguntina será el detonante de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago. En el año 214 a.C., la ciudad es conquistada por Cneo y Publio Escipión y restaurada por Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino de los anteriores, comenzando un proceso de reconstrucción y esplendor bajo la protección de Roma –romanización-, lo que conllevará a un desarrollo económico y artístico de la ciudad y de su zona de influencia, obteniendo sus habitantes incluso el derecho de ciudadanía romana. Desde el punto de vista artístico, este resurgimiento se plasmará en la erección del teatro y circo romanos, así como otros monumentos civiles y religiosos, extendiéndose la ciudad por el valle.
Durante los siglos V y VII, Sagunto
sufre la invasión de los pueblos bárbaros, alanos, vándalos, godos
y bizantinos, aunque aún durante la época visigótica (VI – VII),
Sagunto continua presente en las acuñaciones monetarias de Gundemaro
y Sisebuto, como plaza emisora durante la ocupación bizantina de las
costas valencianas. Sin embargo, en el castillo quedan pocos restos
de origen romano y es un mosaico de culturas y civilizaciones
(íberos, romanos, godos, árabes). No obstante, lo principal del
recinto es de época árabe.
Por el siglo VIII cae bajo el dominio árabe. A partir de esta época es cuando el topónimo “Saguntum” cambia a “Morbyter” y otras variantes, y más tarde se denominará “Murviedro” en castellano y “Murvedre” o “Molvedre” en valenciano, denominaciones derivadas de los “muri veretes” de la Edad Media. La dominación islámica traerá consigo una vida floreciente en la agricultura, alfarería y relaciones comerciales, construyéndose baños, palacios, mezquita y escuelas. En el año 1098 fue reconquistada por el Cid Campeador, aunque la reconquista definitiva cristiana fue llevada a cabo por Jaime I en el primer tercio del siglo XII, aunque no se conoce la fecha exacta, hay bastantes alusiones a Murviedro en la Crónica del rey conquistador, construyéndose a partir de entonces las nuevas iglesias cristianas del Salvador y, más tarde, Santa María, en el lugar que ocupaba la mezquita, repoblando la villa con gentes que le acompañaban en la conquista.
Por el siglo VIII cae bajo el dominio árabe. A partir de esta época es cuando el topónimo “Saguntum” cambia a “Morbyter” y otras variantes, y más tarde se denominará “Murviedro” en castellano y “Murvedre” o “Molvedre” en valenciano, denominaciones derivadas de los “muri veretes” de la Edad Media. La dominación islámica traerá consigo una vida floreciente en la agricultura, alfarería y relaciones comerciales, construyéndose baños, palacios, mezquita y escuelas. En el año 1098 fue reconquistada por el Cid Campeador, aunque la reconquista definitiva cristiana fue llevada a cabo por Jaime I en el primer tercio del siglo XII, aunque no se conoce la fecha exacta, hay bastantes alusiones a Murviedro en la Crónica del rey conquistador, construyéndose a partir de entonces las nuevas iglesias cristianas del Salvador y, más tarde, Santa María, en el lugar que ocupaba la mezquita, repoblando la villa con gentes que le acompañaban en la conquista.
En 1348, en plena guerra de la Unión
entre Aragón y Valencia, estando el rey Pedro IV de Aragón en
Morvedre, se amotinaron sus habitantes, reteniéndole acto seguido en
el Palacio del Diezmo, obligándole a conceder numerosos privilegios
a los unionistas, que fueron refrendados en un pergamino que, una vez
libre en Zaragoza, rasgó con u puñal, de lo que el vino el nombre
de “Pére el del Punyalet”. Tras ser recuperada la villa, y como
venganza, declaró a Sagunto “carrer de Valencia”, lo que le
acarreará continuos conflictos con la capital del reino. La
fortaleza fue utilizada por las tropas francesas durante la Guerra de
la Independencia al inicio del siglo XIX, cuando las tropas de
Napoleon estuvieron atrincheradas en el castillo y construyeron
almacenes, establos, comedores, hospitales, etc.
Entramos al Castillo de Sagunto por una
puerta que años atrás tuvo un puente levadizo, y nos encontramos en
la Plaza de Armas o de Santa María Magdalena, que constituye el
núcleo más antiguo del castillo. En ella se aprecian restos del
foro romano, fustes, columnas y una cisterna tallada en la roca. En
una de sus piedras encontramos inscritas las letras FORV, que junto a
la letra M que falta formarían la palabra Forum. El Forum era la
plaza donde se reunían los romanos para tratar y discutir sus
asuntos. Esa piedra que vemos debería ir colocada en la fachada del
Templo del Foro a varios metros de altura. A continuación entramos
por la Puerta de la Almenara a la plaza del mismo nombre. A nuestra
izquierda nos encontramos con la Plaza Conejera en donde se aprecian
los restos de la ocupación árabe, y enseguida comenzamos a recorrer
las distintas estancias que iremos encontrando. Regresamos de nuevo a
la Plaza de Armas. En su ángulo norte se puede observar un
antiquísimo aljibe de nueve pilares. Seguimos caminando hacia la
puerta que nos lleva hasta la Plaza de San Fernando, en donde
encontraremos el Antiquarium Epigráfico se puede contemplar una
parte de la colección epigráfica más completa y significativa de
la península ibérica. Las inscripciones recogen los aspectos más
destacados y notables de la sociedad saguntina en distintas épocas.
La Plaza de San Fernando es una plaza bastante alargada, y tiene un
muro que la separa de la plaza de Estudiantes, situada a nuestra
derecha, según avanzas hacia el final del castillo. Si sigues
caminando cerca del muro veremos como una puerta casi destruida, por
ella se accede a la Plaza de Estudiantes, después de visitarla
continuamos nuestro camino. El siguiente punto interesante es La
plaza de la Ciudadela, una vez arriba de ella, comprobamos que
estamos sobre una explanada, seguimos nuestro recorrido y encontramos
un horno, cerca del horno hay un aljibe.
Plaza de Armas |
Si llegamos hasta la parte más alta de
la Ciudadela estaremos en la parte más alta del castillo.
Continuamos nuestro recorrido y llegamos a la plaza Dos de Mayo, o
también conocida como la Plaça de l´Espoló, al final veremos unas
construcciones militares a la izquierda y llegaremos a una especie de
mirador semicircular, llamado Torre del Espolón. Aquí terminaría
el recorrido por el interior del castillo, tan solo nos queda
regresar intentando descubrir algunos lugares que en la ida nos han
pasado desapercibidos.
Abandonamos el castillo y por la
carretera descendemos hasta llegar a la entrada del Teatro Romano
El Teatro romano esta ubicado en la
falda del monte que corona el histórico Castillo, constituye una de
las joyas más importantes de la cultura romana en España. Su
aspecto actual viene condicionado por las numerosas intervenciones de
restauración y rehabilitación al que ha estado sometida su
estructura.
Fue construido en el siglo I, aprovechando la concavidad de la montaña, siendo numerosas las gradas excavadas en la roca del terreno. Consta de dos partes diferenciadas: la cávea o graderío, compuesta por tres órdenes de gradas, de forma semicircular, y la escena, que se alza hasta la altura del pórtico superior del graderío.
Durante siglos el monumento fue sometido a
un proceso de degradación, tanto por la acción de los elementos
como por los conflictos bélicos y la utilización de los sillares de
caliza para la construcción de edificios en la población. A partir
de mediados de siglo es cuando comienza el proceso de consolidación
del monumento, que ha finalizado con la ejecución del proyecto de
restauración y rehabilitación.
Fue construido en el siglo I, aprovechando la concavidad de la montaña, siendo numerosas las gradas excavadas en la roca del terreno. Consta de dos partes diferenciadas: la cávea o graderío, compuesta por tres órdenes de gradas, de forma semicircular, y la escena, que se alza hasta la altura del pórtico superior del graderío.
Teatro romano |
Después de recorrer con detenimiento
cada rincón del teatro salimos con la satisfacción de haber
recorrido un largo período de nuestra historia. Comenzamos a
descender por la calle Castell y antes de llegar a la Plaza Mayor nos
detendremos en el Museo Histórico de Sagunto, situado desde el año
2007 en la Casa del Mestre Peña, un edificio situado en la Judería
que data de los siglos XIV y XV. Debido al pequeño tamaño de las
salas, está previsto que las piezas expuestas se vayan sustituyendo
periódicamente. La verdad es que no nos arrepentiremos. Yahora
después de esta visita solo nos queda desandar el camino realizado
al inicio para llegar hasta el lugar en donde aparcamos nuestro coche
y dar por finalizada esta ruta de hoy.
Gracias por la ayuda en la descripción
de la ruta a es.wikipedia.org, a nostravalencia.com y a femecv.com
Hasta pronto.
¡Hola Pepelik! Interesante y cultural ruta que no deberíamos perdernos. Sagunto se lo merece.
ResponderEliminarUn abrazo.