jueves, 31 de octubre de 2019

PR-CV 293 Camporrobles-Yacimiento Arqueológico del Molón

Paletas señalizadoras
Fecha: 27/10/19
Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Camporrobles, La Plana de Utiel-Requena, Valencia
Hora de inicio: 7 h 53 min
Duración: 3 h 22 min
Distancia: 8.26 Km
Dificultad: Media-Baja
Altura mínima: 834 m
Altura máxima: 1122 m
Indice IBP: 39
Calificación (1-10): 8
Recorrido: Camporrobles – Aula de la Naturaleza y Área recreativa el Molón – Fuente el Molón – Calera – Yacimiento Arqueológico del Molón – El Picarcho -
Camino de las Nogueras – Camporrobles.
Datos Técnicos:

Cómo llegar:
Salimos de Algemesí con dirección a Alginet, por la CV-525, justo antes de entrar en esta última población tomaremos la A-7, Autovía del Mediterráneo, con dirección a Valencia, continuaremos ahora desviándonos con dirección Castellón, continuando por la A-7. Un poco más adelante encontraremos el desvío para continuar por la A-3, Autovía del Este, con dirección a Madrid, seguiremos por la A-3 y pasaremos las poblaciones de Cheste, Chiva, y Siete Aguas, para al llegar a la altura de la población de Requena y desde aquí nos dirigiremos hacia Utiel tomando la salida n.º 275 con dirección Utiel Oeste. Continuaremos por la CV-3990, hasta llegar a una rotonda en donde continuaremos recto entrando en la población y en el primer cruce continuaremos por nuestra derecha por la calle Héroes del Tollo, siguiendo las indicaciones a las bodegas Hoya de Cadenas. Cruzaremos el río Magro y junto a el nos desviaremos a nuestra izquierda por la Avda. Río Magro, siguiendo las indicaciones a las bodegas Hoya de Cadenas. Hasta llegar al cruce con la calle Alameda en donde continuaremos por nuestra derecha, pasaremos junto al bar Alameda hasta llegar al cruce con la calle García Berlanga, siempre siguiendo las indicaciones hacia las bodegas de Hoya de Cadenas, en donde continuaremos por nuestra izquierda, pasando junto a la Policía Municipal y llegaremos a una bifurcación a la altura de la plaza de Generoso Planells en donde seguiremos por nuestra derecha para salir de la población de Utiel por la carretera CV-470 con dirección a Camporrobles. Después de prácticamente toda una recta pasaremos junto a la aldea de Los Corrales, sin abandonar la CV-470. Un poco más adelante dejaremos atrás a nuestra derecha la aldea de Las Cuevas y ahora llegaremos a Camporrobles, nada más entrar buscaremos donde aparcar, en la Avenida de la Balsa, junto a la piscina y el campo de futbol.

Descripción de la ruta:
Esta semana la ruta discurre por las cercanías de Camporrobles.
Al llegar a Camporrobles con lo primero que nos encontramos es con el panel informativo, del PR-CV 293 y el GR-238, que está junto al polideportivo. Solo hay que seguir las indicaciones para empezar la ruta. Al ser circular es indiferente por dónde comenzar. Nosotros elegimos empezar la marcha hacía el “Yacimiento arqueológico El Molón”.
Tomamos la carretera que atraviesa el pueblo, a los pocos metros a la derecha vemos el poste informativo que indica, PR-CV 293 “Aula de Naturaleza y fuente el Molón”. Avanzamos por pista asfaltada, enseguida pasamos junto al cementerio. En una primera bifurcación continuamos por nuestra izquierda.
Andamos entre viñedos, casas de labranza y granjas porcinas. Dejamos atrás el camposanto y el asfalto da paso a la pista de tierra con ligera subida, entre bancales de almendros. La pista nos va dejando poco a poco, y el terreno se vuelve hostil y pedregoso, al tiempo que se va estrechando para convertirse en senda. Pasamos entre unas granjas continuado por nuestra derecha.
Se dejan ver los primeros pinos, las aliagas y el romero. Llegamos al “Aula de Naturaleza” que está junto a un área recreativa con mesas y bancos, y a la fuente “EL Molón”. El edificio y los jardines se diseñaron de modo que el visitante pueda conocer la rica variedad de flora y fauna con la que cuenta el municipio, a través de paneles explicativos en el edificio, y en los jardines al aire libre, sin olvidar además aportar un granito de arena a la interpretación del yacimiento que se halla en el mismo monte. 
Área recreativa y fuente del Molón
Desde esta distancia se aprecia la profundidad de la llanura de la comarca de “La Plana” y en primer término vislumbramos el pueblo de Camporrobles. Salimos de este lugar por carretera asfaltada, entre vegetación de monte bajo, dejamos atrás el Centro de Interpretación de El Molón, junto a el se ha acondicionado un espacio de aparcamiento. Ante nosotros la inmensidad de la meseta que se pierde en el horizonte y se adentra en tierra conquense. Al poco rato dejamos la carretera, nos desviamos a la derecha por pista y luego por senda, cuyo trazado ofrece una suave pendiente. Tenemos por delante unos 825 metros hasta la explanada sobre la que arranca el antiguo camino carretero que da acceso al yacimiento, formando parte del sendero de pequeño recorrido, el PR-V 293 Ruta Ibera. A unos 450 metros de su inicio se puede observar, a nuestra izquierda y en las inmediaciones de la misma ruta, una calera utilizada hasta hace no mucho tiempo por los vecinos del lugar para la elaboración de cal. Nos acercamos a ella y regresamos de nuevo al sendero. Siguiendo las señales del PR llegaremos al “Yacimiento arqueológico El Molón” situado a una altitud de 1085 metros.
El Molón es una gran muela cretácica, de 1.124 m s.n.m., de forma alargada y estructurada en varias plataformas, siendo la central, en forma de meseta, la elegida como lugar de asentamiento en diversas épocas al resultar muy apta para el desarrollo urbanístico y presentar unas condiciones defensivas inmejorables, pues queda delimitada en buena medida por abruptos escarpes.
El Molón ofrece características casi únicas como son su marco paisajístico y el conjunto arqueológico, relativamente bien conservado, destacando el sistema defensivo prerromano, uno de los grandes ejemplos de la poliorcética ibérica, pero también la entidad del asentamiento medieval, con su complejidad urbanística y sus defensas, destacando la presencia de una mezquita.
Historia del yacimientoEl Molón ha sido objeto de diversas ocupaciones, marcadas por su estratégica localización geográfica, controlando el cruce de vías que descendían desde las Serranías de Cuenca y Albarracín hacia las zonas costeras levantinas por el corredor de Utiel y Requena, elemento esencial en la interpretación histórica del yacimiento. Destaca igualmente por su dominio visual, sobre un extenso territorio que supera los 20 km en buena parte de su perímetro, que sería mayor si tenemos en cuenta que su inconfundible silueta es reconocible desde puntos aún más alejados, dominando las tierras agrícolas próximas, donde destacaría principalmente la zona lagunar de Camporrobles, actualmente desecada.
La primera ocupación estable del cerro se corresponde con la Edad del Hierro (siglos VII y I a.C.), a lo largo de la cual se asiste a la evolución de un destacado asentamiento, que ocuparía una posición privilegiada en una zona de frontera entre los pueblos ibéricos, al Sur, y los celtíberos, al Norte, jerarquizando el territorio circundante.
Tras el paréntesis que supuso la etapa romana, con algunas visitas esporádicas, El Molón se reocupa durante la Alta Edad Media (siglos VIII-X d.C.), cuando alberga un asentamiento islámico de cierta entidad, en el que destaca la presencia de una mezquita. La reocupación del cerro en esta época es explicable por la posición estratégica del lugar, cuya situación, entre las coras, o distritos administrativos, de Santaver y Valencia, vuelve a incidir en el carácter fronterizo que tuvo El Molón a lo largo de su historia.
A partir del siglo XI d.C., El Molón está totalmente abandonado, contando, a partir de entonces, con escasa información, pues tan sólo se han recuperado algunas cerámicas de época bajomedieval, testimonio de visitas esporádicas, posiblemente relacionadas con la explotación agropastoril del cerro. Hacia 1783, las “Relaciones topográficas” de Tomás López, geógrafo de S.M. el Rey Carlos III, dan cuenta de vestigios de fortalezas en El Molón y de la presencia, en la cumbre o cerca, de “un pozo formado en piedra viva de mucha profundidad”, el conocido como “Pozo de los Moros”, una de las cisternas que cabe relacionar con la ocupación prerromana del lugar.
Los datos más recientes se remontan a la Guerra Civil, cuando se construyó, a inicios de 1937, un aeródromo militar con dos pistas al oeste de la localidad de Camporrobles, que utilizaba como observatorio una caseta, todavía en pie, construida para tal fin en la cima de El Molón.
A partir de los años 40 la meseta superior se convierte en campo de cultivo, construyendo bancales y desmontando parcialmente el albacar y algunas de las viviendas islámicas, cuyos restos arruinados todavía serían visibles en superficie, alterando de forma importante la estructura original del asentamiento. Desde los años 50 se impone la costumbre de subir a la cima de La Gallarda a comer la mona de Pascua, erigiéndose por entonces una cruz junto a la caseta.
En los últimos años del siglo XX, El Molón empezó a atraer la atención de la Arqueología, advirtiendo del interés del enclave el profesor camporruteño Raúl Gómez García, director del Museo de la localidad y verdadero precursor del proyecto de excavación y valorización del yacimiento.
Un primer panel explica las características del Parque, incluyendo un plano con las áreas acondicionadas para la visita. A media ladera se ha incluido otro donde se tratan las dos grandes ocupaciones que albergó El Molón, aprovechando la proximidad con el “Pozo de los Moros”, una cisterna rupestre de más de 20 metros de profundidad.
La visita, integra los principales elementos arqueológicos identificados en la actualidad, ofreciendo primero un recorrido por los restos pertenecientes a la Edad del Hierro, para continuar con la ocupación islámica del lugar.
Con el fin de facilitar la comprensión de los vestigios conservados, y de lograr que en cada momento los visitantes sepan a que momento histórico corresponden, se ha procedido a realizar una secuenciación en colores -el rojo para la época prerromana (paneles 2 a 4) y el verde para la islámica (paneles 5-6 y 9)-, presente tanto en los paneles explicativos como en los elementos indicadores que permiten dirigir la visita y delimitar las zonas acondicionadas para la misma. Verdes claros y ocres figuran en los paneles medioambientales (paneles 7-8), mientras que el amarillo queda para los de información general sobre el poblado (paneles 0-1).
El segundo panel se localiza en las proximidades de la antigua puerta principal del asentamiento, junto a la muralla occidental. El acceso se realizaba a través de un pasillo tallado en la roca siendo visibles en la actualidad tanto las rodadas de los carros, como los entalles que albergaron las puertas del poblado prerromano, quedando hacia el sur los restos de las obras defensivas prácticamente desmanteladas.
Cisterna
Una vez en el interior, y tras bordear una segunda cisterna rupestre situada junto al camino, la visita se dirige hacia el norte, accediendo, a través de una escalera metálica, al lienzo exterior de la muralla septentrional, uno de los elementos más monumentales del conjunto arqueológico. Siguiendo el camino que discurre paralelo a ella, se llega hasta el extremo oriental del poblado, donde se concentraron las defensas más espectaculares que incluyen una gran torre, varios antemurales y un foso tallado en la roca con diferentes alturas, que se explican en el panel 3, ubicado junto a un antiguo portillo acondicionado para permitir el acceso hacia el interior del asentamiento.
Ya dentro del poblado, se llega a una zona, próxima a una poterna, en la que se hace patente el tipo de urbanismo característico de la época, con edificios de muros medianeros y traseras adosadas a la muralla, abiertos hacia un espacio central donde se ha localizado una gran cisterna rupestre, que pone de manifiesto la importancia que tuvo el agua para la comunidad prerromana de El Molón (panel 4). Destaca un departamento, que debió ofrecer un altillo, pues conserva, embutidos en los muros, huellas de postes, interpretado como un lagar. Durante la ocupación islámica se reutilizó el espacio interior de la cisterna, ya abandonada, construyéndose un edificio de importantes dimensiones, pudiendo mencionar algunas placas de hogar y un elevado número de silos, luego basureros.
La visita continúa hacia el oeste, accediendo a través de un acceso escalonado al interior del albacar islámico, dedicando el panel 5 a las características de este singular recinto.
Siguiendo la senda se accede de nuevo, a través de una segunda puerta, a la zona de la cisterna localizada junto al acceso principal, dirigiéndose el visitante, ahora, hacia el sur, ascendiendo a través de un camino escalonado que lleva al interior del asentamiento islámico. En esta zona destaca la presencia de la mezquita como construcción más emblemática (panel 6), además de diferentes departamentos, uno de los cuales ofrecía un canal rupestre que cabe interpretar como el desagüe de una letrina.
Hacia el oeste, el visitante encuentra otros dos paneles, dedicados a la vegetación (panel 7) y a la avifauna (panel 8) actuales de El Molón, así como diferentes viviendas pertenecientes a la ocupación islámica y una caseta utilizada durante la Guerra Civil como observatorio de un aeródromo militar cercano (panel 9). Desde ese punto, en el extremo de la meseta superior, el visitante, volviendo sobre sus pasos, retoma el camino de acceso, dando por concluida la visita al yacimiento.
Después de merodear un rato, y deleitarnos con las vistas panorámicas, comenzamos a bajar por la misma pista que hemos subido, y nos desviaremos a nuestra derecha buscando las señales del PR. Seguimos por sendero y llegamos a otro poste informativo que señala por dónde llegar al pico “El Picarcho”, que lo vemos enfrente. Mas tarde dejamos la pista en una curva muy cerrada continuando por nuestra derecha por senda junto a una gran piedra con señale blancas y amarillas. Un poco más adelante nos encontramos como en una esplanada en donde por nuestra izquierda nos dirigimos a la cima como mejor podemos, ya que no hay senda señalizada. En poco más de cinco minutos estamos en el pico.
El Picarcho
Desde esta altura a 1.105 metros, vemos mucha tierra llana, pocas montañas y poblaciones lejanas que no adivinamos a pronunciar sus nombres. Al estar el día nublado es posible ver con cierta claridad el horizonte casi infinitamente. Hacía el noreste el paisaje queda alterado por un ejército de molinos de viento, colocados estratégicamente encima de las crestas de las montañas, y batiendo sus espadas blancas en dirección a un poderoso enemigo que llega en forma de viento.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el poste informativo, en la base del Picarcho, para seguir por nuestra izquierda y en descenso en dirección a Camporobles por el camino “Las Nogueras”. Bajamos por senda y en pocos metros desaparece. En este punto tenemos que fijarnos en las señales para no desviarnos de la ruta. A medio descenso nos encontramos con un corral de ovejas, lo dejamos atrás hasta llegar al camino. Por la izquierda nos lleva a la aldea de “Loberuela” que queda a una distancia de poco más de siete kilómetros. Y por la derecha a Camporrobles por pista de tierra, es el Camino de las Nogueras. Caminamos entre campos de almendros, olivos, viñas y granjas. En unos quince minutos entramos en el pueblo y por nuestra izquierda llegamos al punto de inicio en donde daremos por finalizada nuestra ruta de hoy.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a web.ua.es
Hasta pronto.

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